martes, 12 de junio de 2012

Julia, la niña que tenía sombra de chico


Título:
Julia, la niña que tenía sombra de chico
Autores:
Christian Bruel /Anne Galland
Ilustradora:
Anne Bozellec
Editorial:
El Jinete Azul
A partir de 8 años
Paula Coto García, de 10 años, se encontró un día, de casualidad, con una niña llamada Julia, que tenía sombra de chico. De inmediato se sintieron conectadas por una corriente de simpatía, y empezaron a conversar como si fuesen amigas de toda la vida.
A Paula se le escapaban las preguntas de la boca.
–¿Cómo es posible que tengas sombra de niño siendo una niña? Eso es imposible.
–Pues tú misma está viendo mi sombra, así que no es imposible.
–Pero ¿por qué te ocurre? ¿Es una enfermedad?
–No lo creo. Me salió esta sombra porque mi madre y mi padre siempre, siempre me están diciendo que me comporto como un chico. Me regañan a todas horas asegurando que tengo mala pinta, que soy insoportable, que digo palabras feas, que me arrastro por el suelo, que voy hecha un desastre…En resumen, me dicen que soy un chico maleducado.
–¿Y por decirte eso te salió sombra de chico?
–Pues sí, por decirme eso muchas, muchas, muchas veces. 
–¿Cuándo te diste cuenta de ello?
–Una mañana, al despertarme, entraba la luz por la ventana de mi habitación y no sé por qué me fijé en mi sombra. Me quedé asombrada al verla, y nunca mejor dicho. Al principio no podía creer que fuera mía. Y me sentí muy rara, muy extraña, como si hubiera dejado de ser yo. 
–¿Y no se lo dijiste a nadie?
–Sí, por supuesto, se lo dije a mi madre, pero no me hizo ningún caso. Sólo comentó, molesta, que de dónde sacaría yo esa ideas tan descabelladas.
–¿Te gusta tener esa sombra de niño?
–Claro que no. Me inquieta mucho, quiero que desaparezca de mi vista, quiero echar a correr de ella, no la soporto, deseo que vuelva mi verdadera sombra.
–Me gustaría poder ayudarte, pero no sé cómo.
–Me ayudas conversando conmigo. Siento que me escuchas de verdad y que me comprendes. Ésa es la mejor ayuda que puedo recibir. Ahora tengo que irme. Voy hasta el parque a ver si consigo liberarme allí de esta maldita sombra. Ya te contaré. 
–Sí, porque me gustaría mucho que nos volviésemos a ver.
–A mí también. Pero ya sabes que puedes verme cuando quieras.
Ah, perdón, se me olvidó deciros dónde se encontraron Paula y Julia.
¿No lo adivináis? ¿No sabéis dónde pueden ocurrir los encuentros más increíbles? ¿No? Sólo hay un lugar donde todo eso es posible.
Ese lugar es un libro, por supuesto. Y el impresionante libro en el que se encontraron las dos niñas se titula Julia, la niña que tenía sombra de niño.
Texto y fotografía: Paco Abril