lunes, 7 de mayo de 2012

Víctor

Títulos de la colección:
Victor y los vampiros. Victor y los romanos
Autora: Maite Carranza
Ilustraciones: Agustín Comoto
Editorial: Edebé
A partir de 10 años

Nicolás Suárez y Llara González, los dos de 11 años, conocieron, cada uno en un lugar diferente, a Víctor, un niño de su misma edad.  Nicolás se lo encontró en Transilvania, de donde dicen que provienen los vampiros. Llara se tropezó con él (aunque ella misma no está muy segura de si fue ahí) en un campamento de los antiguos romanos.
Es el momento de explicar quién es ese niño tan viajero, o mejor esperamos a que nos lo diga él mismo.
Víctor ha relatado sus aventuras que, con sus pocos años han sido muchas y variadas, en dos libros. En uno narra sus peripecias con los vampiros y en el otro lo que le ocurrió con los romanos.
Nicolás y Llara, que habían leído esos libros, quedaron con Víctor durante el recreo sin necesidad de avisarle, pues los personajes que aparecen en los relatos siempre están disponibles. 
Cuando llegaron a la biblioteca, Víctor los estaba esperando.
–Hola, amigo, queremos hacerte una entrevista para nuestro periódico.
–Oh, muchas gracias. Caray, parezco un personaje importante. Mis amigos no se lo van a creer cuando se lo cuente. Preguntad, preguntad
–¿Has escrito tú de verdad esos dos libros?
–Bueno escribirlos, lo que se dice escribirlos, lo ha hecho la escritora Maite Carranza, pero, ojo, yo se los he dictado. Ella ha copiado con exactitud cada palabra mía, es decir, que se ha limitado nada más que a teclear lo que yo le contaba.
–¿Y todo lo que dices en ellos te ha pasado de verdad o has exagerado un poco?
–No he exagerado nada. Lo que está en esos dos libros es la pura verdad de lo que me ha ocurrido. Lo juro. 
–¿Podemos decir que todas tus aventuras se produjeron porque falsificaste tus notas, dado que las habías suspendido todas?
–Pues sí, ese pequeño detalle fue el comienzo de todo.
–Pequeño, dices, con todo lo que desencadenó.
–Sí, la verdad, es que fue algo muy gordo. Eso hizo que viajara a Transilvania, que conociera a mis amigos del alma, que tuviera que cambiar de cole y...
–Y no cuentes más. El que quiera saberlo que lea tus libros, ¿no?
–Eso, sí, por supuesto.
–Gracias, Víctor, hasta el próximo libro.
Texto y fotografías: Paco Abril