Hace casi una semana que Martirio actuó en Gijón en las fiestas de la
Semana Grande y ofreció un memorable concierto en la Plaza Mayor
acompañada de virtuosos músicos entre ellos, su hijo, el extraordinario
guitarrista Raúl Rodríguez Quiñones.
Para mi fue una gran alegría
pasar unos breves momentos con la Gran Martirio.
Hace tiempo que retrato sirenas con la técnica de ese arte "extraño" que es el
collage, y creé esta sirena como homenaje a Martirio. Había tenido alguna ocasión para hacérsela llegar, pero nunca tan cercana como la del pasado viernes 12 de agosto cuando pude regalársela en persona después de su brillante actuación.
En la
dedicatoria escribí: “A Martirio que posee el misterio, la elegancia
y la voz de las sirenas. Con admiración y afecto”.
Martirio, que es
una persona cariñosa y asequible, me confesó que tiene una gran
fascinación por las sirenas. Es más que probable que esta cantante de
voz seductora sea, en realidad, una de esas sirenas que, cuando lo
desean, se pone sus piernas humanas, que guarda en recónditos
acantilados y, con ellas, sale por el mundo sin perder jamás su
sensibilidad marina.
Gracias, Martirio.