sábado, 5 de junio de 2010

Wangari y los árboles de la paz

Título: Wangari y los árboles de la paz
Autora e ilustradora: Jeanette Winter
Editorial: Ekaré
De 6 a 106 años


La maestra de Adrián Díaz, de 7 años y de Lucía Montes, de 6 años, habló en clase de una mujer extraordinaria, Wangari Maathai, que fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en el año 2004. Pero no les largó un discurso de esos tan habituales en los que los maestros hablan y hablan y los niños escuchan, no. Les hizo una propuesta mucho más interesante:
«Imaginaros que yo soy Wangari y vosotros periodistas que me entrevistáis. Y aquí estoy para lo que queráis saber».
La preguntas surgieron sin parar. La maestra-Wangari hasta tuvo dificultades para contestar a algunas de las complicadas preguntas de sus alumnos.
Y la propuesta continuaba. Los niños y niñas tenían que contarles, cada uno, a un niño diferente de otra clase, quién era Wangari y, luego, esos niños, les enviarían una carta, redactada entre todos, explicando lo que habían averiguado a través de estas conversaciones con sus compañeros.
Fue un experimento apasionante con un resultado sorprendente.
Ahora ya todos saben que Wangari nació en Kenia en 1940, que estudio Ciencias Biológicas en Estados Unidos y, lo más importante, que, cuando terminó sus estudios, regresó a su país y, ayudada por centenares de mujeres, sembró más treinta millones de árboles en un territorio que se estaba quedando desierto.
Ahora ya saben también, que los árboles, son símbolos de la Paz, con mayúsculas, pues hacen el mundo más habitable, más pacífico y mejor, dado que, como decía Wangari, «curan las heridas de la tierra». Por eso, cada vez que se comete un arboricidio, esto es, se mata o se hace daño a un árbol, se atenta contra el equilibrio del mundo.
Adrián y Lucía han leído el precioso libro en el que se cuenta de manera sencilla y clara lo que hizo esta gran mujer en Kenia. Y ahora el libro está circulando ya por todo el colegio.
También ahora han empezado a mirar a sus amigos árboles plantados delante del colegio con ojos nuevos, con ojos de alegría y de esperanza.